sábado, 5 de septiembre de 2009

Mérida, España

Fechas: marzo de 2.007
Estancia un día / una noche
Hotel: Hotel Roma (http://www.novaroma.com/)
Desplazamiento: coche
Viajeros: Nini y yo

A primeros de marzo de 2.007 vamos a desplazarnos hasta Sevilla para pasar allí unos días. ¿Cuántas han sido las veces que hemos pasado de largo junto a Mérida haciendo ese recorrido? Y claro, una vez mas pensamos que ya puestos en carretera lo preferible es llegar cuanto antes a casa.
Pero esta vez será diferente: nos quedaremos una noche en la antigua Emérita Augusta para conocer, aunque sea someramente, la que muchos dicen es un bonita Ciudad con muchos vestigios de la época romana.
Circulamos cómodamente por la autopista A-5 y poco antes de las tres horas de marcha nos desviamos por la antigua N-5 hacia el centro y en busca del hotel que hemos reservado.
Lo hicimos directamente y el precio resultó más que razonable. Según lo que se indican en los mapas está situado céntricamente y muy cerca de los edificios que todavía perduran del Legado Romano.
Bajamos por la Avda. Reina Sofía que esta en obras y casi al final de la misma giramos a la derecha en dirección al centro urbano. Tras callejear un poco encontramos la calle en la que distinguimos el Hotel Nova Roma.
Desde el exterior nos causa una impresión “estándar”: no tira de espaldas ni por su belleza ni por su fealdad. Tres Estrellas y punto.
La fundación de Mérida; Templo de Diana
En recepción nos atienden bien, nos facilitan información sobre qué ver y arreglamos el asunto de aparcamiento para el coche en un almacén en una calle lateral junto al hotel. Subimos a la habitación que nos han asignado y ahora, con el paso del tiempo, no recuerdo ningún detalle que merezca la pena, ni en positivo ni en negativo. Lo dicho: “estándar”.
Bueno, una cosilla: los pasillos están llenos de una chiquillería que corre y grita como poseída por la libertad de no tener a los padres cerca. Debe ser algún viaje de ¿estudios? o fin de curso y que sitio mas cultural que visitar Mérida. Ni que decir tiene que ya nos estamos temiendo una noche movidita y más con la habitación contigua habitada por estos vecinos. Pero la verdad: los chavales se portaron no bien sino estupendamente. Ni los notamos y la pena es no saber de que Colegio eran porque los hubiese felicitado por su comportamiento. Volviendo al motivo principal de nuestra visita a la ahora Capital de extremadura, un repaso a su historia.
En el año 25 a. C., el emperador Octavio Augusto fundó la ciudad para albergar a los soldados “eméritos” (jubilados con honor) del ejército romano de dos legiones veteranas que combatieron en las Guerras Cántabras. El primitivo poblado llegó a ser la capital de la provincia romana de Lusitania y de su gran esplendor son testimonio sus edificios mas representativos como el teatro, el anfiteatro, el circo, los templos, los puentes y acueductos.
A todo esto: ya está oscureciendo y tenemos que buscar algún lugar donde cenar por lo que nos movemos hacia la zona próxima al río Guadiana (que resulta estar a dos pasos) y en los aledaños de la Plaza de España encontramos un mesón con buen aspecto en el que damos cuenta de algunas de las viandas ibéricas que dan fama a la gastronomía de la zona.
Como hemos trabajado por la mañana, con el consiguiente madrugón y el viaje en coche siempre cansa, nos damos un paseo de vuelta al hotel (por cierto: no hay nadie por las calles) y nos apresuramos a recuperarnos porque mañana tenemos que aprovechar mucho todas las horas del día.
Después de desayunar en la cafetería del Hotel, subimos la misma calle y en casos doscientos metros llegamos a una explanada en la que se localizan a la izquierda el Museo Nacional de Arte Romano y a su derecha el conjunto arqueológico formado por el Anfiteatro y el Teatro Romano de Mérida.
Anfiteatro
Compramos unas entradas que facilitaran la visita por varios recintos diferentes y comenzamos el recorrido por el Anfiteatro, inaugurado el año 8 a. C y más del gusto popular que el teatro, puesto que estaba destinado a las luchas de gladiadores, de fieras o entre hombres y fieras. De forma elíptica y para 15.000 espectadores, hoy día sólo conserva la zona inferior de las tres que tenía porque como tantos edificios romanos, sirvió de cantera para las construcciones posteriores.
Después nos pasamos al adyacente Teatro, construcción datada en los años 15 a 16 a. C.
Varias remodelaciones a lo largo de los primeros siglos de la Era Cristiana para finalmente, abandonado “a causa de la inmoralidad del teatro”, hasta las excavaciones que se iniciaron a finales del Siglo XIX y la posterior reconstucción en el Siglo XX han dejado un teatro que posiblemente difiera bastante del original. Espectacular en su conjunto.
Teatro
Salimos del Teatro y retrocedemos en busca de la Casa del Anfiteatro, en la que podemos observar los restos de dos edificaciones que permiten hacernos una idea de cómo eran las casas de la época.
Casa del Anfiteatro
Al otro lado de este conjunto, localizamos un recinto techado y acondicionado para su visita conocido como la Casa del Mitreo (culto al Dios Mitra) que estaba construida en mampostería con refuerzo de sillares en las esquinas. Lo mas destacable: los peristilos (columnas) con jardín interior y el conocido como Mosaico Cosmogónico, representación alegórica de los elementos de la naturaleza (ríos, vientos, etc).
Casa del Mitreo
No desplazamos ahora hacia la Alcazaba Árabe junto al Puente Romano sobre el río Guadiana. Construida por Abderraman II para controlar la ciudad, que se rebelaba continuamente contra el dominio emiral. Fue la primera alcazaba árabe de la península Ibérica y consta de un extenso recinto cuadrado unos 150 metros de lado para albergar importantes tropas. Quedan en pié las murallas y un maravilloso aljibe, con una cisterna de agua inacabable que se filtra del cercano río.
En uno de sus extremos se encuentra la sede de la Presidencia de la Junta de Extremadura, establecida en un antiguo convento para la Orden de Santiago.
Alcazaba
Son casi las tres de la tarde y de camino de vuelta hacia el hotel ya con la intención de continuar nuestro viaje hasta Sevilla, nos detenemos en Casa Benito y en la zona de tapas y raciones en la que recuperamos las fuerzas gastadas en el caminar a lo largo de toda la mañana.
Puente Romano; Plaza de España
Templo de Diana
Ciertamente, es muy poco tiempo el que hemos dedicado a la visita de esta Ciudad Monumental. Un día mas y quizás hubiese sido mas interesante. Pero esto es lo que hay.
Siempre tendremos la escusa para volver a detenernos en alguno de los frecuentes desplazamientos a Sevilla para visitar el Circo Romano, la Basílica de Santa Eulalia, los Acueductos,… Otra vez será.

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