lunes, 24 de mayo de 2010

Teruel, España



De Teruel, 2009

Fechas: octubre 2.009
Duración: 3 días / 2 noches
Desplazamiento: coche
Hotel: Hostal Aragón
Organización: Guia Azul (Ed. Gaesa) y Oficina de Turismo de Teruel
Viajeros: Nini y Yo

Aunque es pequeñito y por eso cuesta trabajo llegar hasta la ciudad, el lema es cierto: “Teruel también existe”.
Hace algún tiempo que estuvimos en Albarracín, un precioso pueblo que está a no muchos kilómetros de la Capital pero no tuvimos tiempo suficiente para acercarnos para visitar la ciudad con garantías.
Aprovechando que la Fiesta Nacional será un lunes, el sábado anterior salimos de casa por la mañana después de desayunar y con toda la tranquilidad del mundo enfilamos la A2 dirección a Zaragoza hasta que llegamos a Alcolea del Pinar. Allí nos desviamos a la N211 hasta alcanzar la A23, que tiene una denominación que se relaciona directamente con el motivo principal que nos está llevando a Teruel: es la Autovía del Mudéjar.
Minutos después de la una de la tarde ya hemos dejado el coche en un aparcamiento subterráneo cerca de la Catedral, lo que es decir en el mismo centro de la ciudad.
Justo al lado, en la calle Santa María se encuentra el Hostal Aragón, donde hemos reservado una habitación. Es un edificio “normal” y distribuidas entre las estancias de las viviendas están las habitaciones del hostal. Nos registramos, buscamos la habitación que nos han asignado y dejarnos la bolsa. El alojamiento no es cosa de otro mundo: aceptable y económico. A continuación salimos en busca de algún sitio donde comer algo. Estamos a escasos metros de la popular Plaza del Torico, centro social donde coincidimos todos los visitantes y gran parte de los habitantes locales por lo que a estas horas encontrar alguna mesa libre para la comida se convierte en tarea casi imposible. Terminamos en una cafetería en la calle Joaquín Costa donde damos cuenta de unos platos combinados.

Torre de San Pedro y Mausoleo de los Amantes
En la Oficina de Turismo nos proporcionan toda la información precisa para movernos por la ciudad y para comenzar nos decimos por visitar el Mausoleo de los Amantes de Teruel, en la plaza de su nombre y situado junto a la Iglesia de San Pedro, y en cuyo interior son destacables las estatuas yacentes de los jóvenes Juan de Marcilla e Isabel Segura, obra de Juan de Avalos.
Los Amantes de Teruel
La visita incluye la Iglesia de San Pedro, del Siglo XIII y que conserva el campanario más antiguo de las torres mudéjares de Teruel. La iglesia es de nave única, con bóvedas de crucería en estilo neomudéjar de finales del Siglo XIX. Subimos a la torre, desde la que se contemplan bonitas vistas de la Ciudad.


San Pedro y Teruel
A la salida, nos dirigimos a la porticada plaza del Torico en la que podemos contemplar varios ejemplos de arquitectura modernista. En una de sus esquinas se encuentran los Aljibes Medievales y que son visitables.

Plaza del Torico y edificios modernistas
Ya está atardeciendo pero aprovechamos la jornada yendo hacia la ronda exterior donde vamos contemplando diferentes torreones que formaban parte de la muralla. San Esteban, Ambeles, del Rincón y de la Bombardera son sus nombres.

Torreones en la antigua muralla
El edifico modernista de las antiguas Escuelas del Arrabal (hoy Archivo Histórico) y el Acueducto de los Arcos, de origen renacentista y que supuso la primera traída de agua a la Ciudad a mediados del Siglo XVI nos presentan ante el portal de San Miguel o de la Traición, en la antigua muralla.

Escuelas del Arrabal, Acueducto, , Museo Provincial y Catedral
El caso histórico de Teruel se cruza en dos pasos y en nuestro camino pasamos frente al Museo Provincial, un bonito palacio renacentista y tenemos el primer contacto con la Catedral cuando ya la noche está cayendo sobre Teruel.
Llegamos hasta el lado contrario donde está el Paseo del Ovalo, repleto de terrazas donde degustar algunas de las chacinas de la tierra. Pese a estar en octubre la temperatura es muy agradable y allí pasamos el resto de la jornada antes de regresar a nuestro alojamiento.

Torres de la Catedral de Santa María
El descanso ha sido muy reparador y después de desayunar en una terraza cercana al Hostal, nos dirigimos a la Catedral de Santa María, una de las escasas catedrales que se hicieron en estilo mudéjar. Destaca la Torre Mudéjar (Siglo XIII) que termina en una linterna de ocho caras y en cuya parte inferior se abrió un paso para peatones y el cimborio sobre el crucero, en estilo mudéjar-plateresco.
Pero sobre todo, la techumbre del Siglo XV, llamada la “Capilla Sixtina del Mudéjar” por sus artesonados de más de treinta metros de longitud llenos de motivos religiosos e históricos, así como personajes o seres fantásticos.

Torres y Cimborrio de la Catedral
Ya desde el principio de la calle de los Amantes descubrimos al fondo una torre, hacia la que nos dirigimos desembocando en una plaza conformada por la Biblioteca Pública y el Seminario conciliar.
Es la torre mudéjar de San Martín, la tercera de las levantadas en Teruel en el estilo denominado “torre-puerta”.
Del siglo XIV, está formada por dos torres, una envolviendo a la otra. La interna es un alminar almohade y la exterior es la que soporta la decoración con la estrella mudéjar, los paños de ladrillo resaltado y los azulejos blancos y verdes.
Torre de San Martín y Portal de Daroca
Atravesamos el paso inferior para dirigirnos a la Cuesta de la Andaquilla, que comienza en uno de los portales que restan del recinto amurallado (el de Daroca) y nos llevará hasta un arrabal en el que se encuentra la Iglesia de los Franciscanos. Gótica y excepto la fachada principal, rodeada por toda clase de edificaciones que no permiten disfrutar de la belleza del edificio.




Cuesta de la Andaquilla, Iglesia de los Franciscanos y Seminario
En la subida, una vista completa de la parte trasera del Seminario.

Torre del Salvador
Nos resta por acercarnos a la Iglesia del Salvador con la intención de contemplar la Torre del mismo nombre.
Y la encontramos encajonada entre edificios de la calle del mismo nombre y también es del tipo “torre-puerta”. Considerada coetánea de la de San Martín decidimos no subir porque tendríamos que esperar hasta después de comer.

La Escalinata
A comienzos del siglo XX y para facilitar el acceso a la Estación del Ferrocarril se construyó una gran escalinata neo-mudéjar. Por ella descendemos para dar un paseo por el tranquilo jardín que allí se encuentra. Para subir, utilizamos un práctico ascensor que nos sitúa en el Paseo del Ovalo.
Prácticamente hemos visitado todo aquello que puede se puede considerar de interés en el casco histórico de Teruel.
Después de un corto descanso en la habitación del hostal, paseamos tranquilamente haciendo tiempo para la cena.
Nos va a sobrar uno de los días previstos para la excursión a Teruel por lo que decidimos que el tercer día lo vamos a utilizar para visitar algún pueblo interesante de los alrededores: Mora de Rubielos y Rubielos de Mora, a unos cuarenta kilómetros de la capital serán los elegidos.
De allí, regresaremos directamente a casa.

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