sábado, 1 de enero de 2011

Ho Ian, Vietman



Fechas: diciembre 2.010; Duración: 1 día/2 noche; Desplazamiento: avión (Vietnam Airlines); Hotel: Swiss-Belhotel Golden Sand Resort; Organización: BST (Business Solution Travel); Viajeros: Doctor y Yo

Viaje a VIETNAM y CAMBOYA, con visitas a Hanoi, Ho Ian, Saigon (Ho Chi Min City) y los Templos de Angkor.

Nuestra próxima parada va a ser Ho Ian, en el centro de Vietnam y justamente en la franja más estrecha del país. Allí estaremos un día de descanso disfrutando en alguna de las extraordinarias playas de la zona.Directamente de Ha Long hemos llegado al Aeropuerto de Noi Bai, en Hanoi, para embarcar en un vuelo de la Compañía Aérea nacional que nos llevará hasta Da Nang en un corto vuelo de hora y cuarto. Un A321 con Capitán (en España sería Comandante) español (Francisco José o Javier, algo así) nos lleva en un cómodo vuelo hasta un aeropuerto pequeñito al que llegamos cuando ya es noche casi cerrada. Después, el autocar recorre unos cuantos kilómetros bajo la lluvia para dejarnos en el Hotel.
Acomodación, cena y a dormir.

El temporal y la playa del Hotel
Algunos de los viajeros cuentan por la mañana que la noche ha sido espectacularmente tormentosa: yo ni me he enterado. Al acercarnos a la playa descubrimos que no es cosa de un día cuando contemplamos el panorama que ha dejado el paso de algún tifón o tormenta tropical. Todo ha desaparecido: arena, sombrillas, palmeras,…
Y la organización ha previsto que ante las escasas posibilidades de disfrutar del Hotel nos llevan de excursión a una de las cinco montañas de mármol situadas al oeste de Da Nang.
Cada una representa un elemento (agua, madera, suelo, fuego y metal) y nosotros vamos a Son Thuy (agua) que es la más visitada.

Una blanca estatua de Buda nos recibe al inicio de la subida. Su sonrisa parece que anima al ascenso hasta la Pagoda Linh Ung.
Durante el camino, varias cuevas (como la Tang Chon) con altares dedicados a Buda y bonitas vistas del mar embravecido.
Pagoda Linh Ung

Cueva de Tang Chon. Playas de Da Nang
La cueva de Huyen Khong está dedicada a las deidades de Cham y durante la Guerra de Vietman fue era una base del Viet-cong. Consecuencia de algún bombardeo, en el techo de la cueva principal hay un agujero por el que entra la luz natural y proporciona un toque de belleza.
Cueva de Huyen Khong
Al final del recorrido está la Pagoda Tam Thai y a los pies de la montaña la aldea de Dong Hai donde toda su población se dedica al negocio de la piedra: unos venden lo que otros cincelan para producir figuritas o estatuas y diversos trabajos artísticos.
Pagoda Tam Thai. Aldea de Dong Hai
Tras las pertinentes compras de recuerdos (alguien compró dos leones, de mil quinientos kilos cada uno para que se los enviasen a su residencia en España) el autocar nos lleva hasta la ciudad de Ho Ian donde tenemos el tiempo libre hasta media tarde.
La artesanía del mármol
De Hoi An, Vietnam, 2010
Nos quedamos en una explanada que parece ser la estación de autobuses, lugar en el que nos recogerán a media tarde para reintegrarnos al grupo.
Deambulamos por las callejuelas del casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 1.999 por la UNESCO. Está bien conservado porque al ser importante destino turístico, casi todos los edificios se han dedicado al comercio y tiendas de recuerdos. Afortunadamente, en esta zona de la población no ha llegado la moda de los altos edificios de cristal que tanto proliferan por todo Vietnam.
Las casas continúan siendo bajas, con techo de tejas y una distribución acorde a las necesidades que se planteaban durante su construcción. El comercio.
Callejeando por Hoi An
Paseando llegamos al mercado, donde se puede encontrar comida y todo tipo de baratijas fabricadas en serie especialmente para nosotros, los visitantes ocasionales. Aunque queda algún artesano que trabaja cara al público, como Huynh Phuong Do que lo hace con raíces de bambú.
El mercado. Taller de Huynh Phuong Do
No hay la aglomeración que encontramos en Hanoi pero las motocicletas siguen siendo el principal medio de transporte de personas y mercancías. A las pruebas me remito.
Arbol y Flores sobre moto
Muy cerca del mercado y casi al borde del río Thu Bon encontramos un sitio donde comer: el café Cordon Blue que, a pesar del rimbombante nombre, es un sencillo bar donde dan comidas. Dos cervezas Tiger de más de medio litro regaron un plato con los inevitables y ricos rollitos vietnamitas, un plato de fideos con productos del mar y otro de pato cocinado con una agradable salsa. Comida para dos por unos seis euros.
Café Cordon Blue
Cuatro horas y media después de dejar el autocar y habiendo pateado casi todo el casco antiguo, nos reunimos con el grupo y comienza la visita oficial.
La ciudad se convirtió en un importante puerto comercial con la llegada de los primeros occidentales llegados en el Siglo XVI. Y allí también se asentó una importante colonia china de la que ha quedado notable muestra en los edificios que levantaron como casas, tiendas, almacenes, lugares de reunión o templos. Su decadencia se inició, como en casi todos los puertos fluviales, cuando el río Thu Bon hizo la navegación más complicada a causa de la sedimentación en sus orillas y el calado cada vez mayor necesario para los barcos mayores.
En primer lugar nos dirigimos a la Pagoda Phu Kien. En su sala de reuniones se venera a una Emperatriz Protectora de los Marineros. ¡Como nuestra Virgen del Carmen!
Pagoda Phu Kien
Llegamos a uno de los iconos de Hoi An, el Puente japonés que separaba los barrios chino y japonés cuando se levantó allá por el año 1.600. De madera y de unos veinte metros, está cubierto de tejas verdes.
El Puente japonés
Lo cruzamos y al poco volvemos sobre nuestros pasos para pasear junto al muelle ribereño camino de la Casa de la familia Tan Ky, una de las más antiguas dedicadas al comercio por generaciones en este lugar.
El río Thu Bon y la casa Tan Ky
Hoy An es considerada la “Ciudad de los Sastres”. Pueden confeccionarte cualquier prenda en cuestión de horas e incluso te la llevan al hotel. Y todo por un precio que dicen barato. Yo no uso trajes.
Hoi An, Ciudad de Sastres
Ya de recogida entramos en un centro de artesanía. Las típicas farolas de papel y una caricia en la panza del “Buda Feliz” para que nos proporcione suerte y regresamos al hotel.
El Buda Feliz, las farolas y el atardecer
Nos espera la cena y mañana, como casi todos los días, nos toca madrugar.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

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Rocio dijo...

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espero tu gentil respuesta.

muchos saludos


Rocio del Pilar
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diegolev dijo...

Gracias por la visita y la propuesta, que tendré en cuenta.
Un saludo

jesús dijo...

Siento no poder ofrecerte un intercambio de links ( u otros instrumentos de igual o similar valor) o blogs. Creo que soy muy terrenal, pero también creo que el resumen y comentario de los viajes son muy estimulantes para los que nos gusta patear por estos mundos de Dios.

Echo en falta, eso si, entre tanta buena foto, alguna del protagonista de las historias.

Animo y a perseverar en ver lo mejor de lo que hay por ahí fuera.

Salud,

Jesús.

noticias dijo...

guaaa!! me encanta el blog, pero me poneis los dientes largos jajaj un saludo para todos