sábado, 1 de agosto de 2009

Conil de la Frontera, España



Fecha: julio 2.009
Estancia: siete días / seis noches
Desplazamiento: coche
Alojamiento: La Posada de Conil (http://www.laposadadeconil.com/)
Información: Oficina Turismo de Conil (http://turismo.conil.org/)
Viajeros: Nini y yo

Las vacaciones veraniegas de este año: Conil de la Frontera.
Típicamente turístico en su centro urbano es el lugar adecuado para ejercitar “il dolce far niente” (disfrutar la contemplación de no hacer nada) durante unos días.
Aprovechamos Sevilla como escala técnica y después de desayunar hemos enfilado la AP4 y posteriormente la N-340 para acercarnos al Atlántico.
Conil de la Frontera se encuentra, como dice el poeta conileño del Siglo XIX:

"A orillas del Mar"
Me suele el sol encontrar,
cuando declina y desmaya,
absorto viendo llegar
a la arena de la playa
las roncas olas del mar (José Velarde)

Conil de la Frontera; Puerta de la Villa
Una larga calle en bajada nos lleva hasta la Puerta de la Villa (o de Vejer) del Siglo XVI y que formaba parte del recinto amurallado protector de la población. Y allí, justo al lado, hay un estrecho callejón donde nos espera (suponemos) nuestra habitación en La Posada de Conil. Pero no hay aparcamiento posible por lo que continuamos circulando hasta el paseo marítimo donde encontramos un hueco que no pensamos abandonar hasta nuestra vuelta a casa.
Con nuestro equipaje a rastras subimos por la Avenida de la Playa, atravesamos la Plaza de España y llegamos a la Puerta de la Villa por la parte posterior. Han sido sólo unos minutos y tras unos sencillos trámites de registro y empezamos a deshacer el equipaje.
La habitación y el baño son amplios; el mobiliario es bastante nuevo; el aire acondicionado y la televisión funcionan correctamente. En fin: un autentico lujo si además en el precio (50€/día) está incluido un saludable desayuno a base de zumo, café y tostadas. Totalmente recomendable este Hostal. Oh! Se me olvidaba decir que además tiene restaurante y una coqueta piscina muy soleada por si apetece un chapuzón después de la playa.
La Posada de Conil
Últimamente nuestras vacaciones de verano siguen siempre el mismo esquema diario: desayuno, paseo por la playa, sol y baño, comida, siesta, paseo y cena. Y siempre queda algún tiempo para visitar la población y sus alrededores. Como se puede deducir, estresante en extremo.
Y en este caso la mayor atracción de Conil resultan ser sus playas, de finísima arena blanca y agua cristalina (¡y fresquita!), por lo que visitar los más interesantes monumentos es cuestión de pocas horas aunque este relato continuado es consecuencia de varios recorridos efectuados en diferentes días.
Es destacable el Casco Antiguo de Conil de la Frontera, reconocido como Conjunto Histórico (Bien de Interés Cultural) y especialmente la zona del antiguo barrio de pescadores.

La Chanca; Torre de Guzmán
Desde la Baja Edad Media y hasta el Siglo XVIII, la principal fuente de riqueza fueron las “almadrabas”, artes para la captura del atún empleada en Andalucía desde tiempos prerromanos que aprovechaban la migración de atunes Atlántico-Mediterráneo. Mediante un laberinto de redes en el paso de los atunes instalado cerca de la costa se procedía a la captura de aquellos.
Poco queda de los edificios relacionados con aquellas salvo las ruinas de la “chanca”, almacén de salazones y pertrechos de la almadraba. Su interior muy deteriorado y no es visitable aunque algo de su composición puede divisarse desde lo alto de la Torre de Guzmán, gótica y de planta cuadrada y que hoy es el monumento más representativo de Conil. En sus orígenes pertenecía al hoy desaparecido Castillo de Guzmán El Bueno que protegía la población y sus negocios. Subimos a la Torre desde la que se tienen bonitas vistas panorámicas del pueblo y sus playas.
Subiendo a la Torre de Guzmán; Vista de Conil; El Baluarte
Justo frente a la Torre y a espaldas de los restos de la “chanca” se encuentra la Iglesia Mayor de Santa Catalina, del Siglo XV en la actual Plaza a la que da nombre. En la actualidad se encuentra en restauración de su estado de ruinas y tampoco se puede visitar.
Plaza e Iglesia de Santa Catalina
Continuando la visita en busca de la calle de Cádiz y pasamos junto a la Ermita de Nuestro Padre Jesús de Nazareno y el Museo de Raíces Conileñas. Al final de la calle está la Ermita del Espíritu Santo, pequeño templo de una sola nave en cuyo interior se rinde culto a la Virgen del Carmen, Patrona de los marineros y cuya festividad coincidía.
Ermita del espiritu Santo; Virgen de Carmen y Procesión Marinera
El Barrio Marinero es un conjunto de callejuelas formadas por una continuidad de patios y casas pintadas con vivos colores. Es como un laberinto.
Y desde allí llegamos al Parque de la Atalaya, que conserva una de las numerosas torres vigía que jalonaban esta costa para defensa contra los piratas berberiscos.
En un cercano mirador se halla un monumento al “jabeguero”, pescador que utilizaba el arte de cercar los peces con la red en la playa y tirar de ella hasta la arena.
Callejuelas del Barrio Marinero; Atalaya; Monumento al jabeguero
Ya de vuelta al Hostal cruzamos nuevamente el barrio de pescadores hasta llegara a la Plaza de la Constitución. Allí se encuentra el Ayuntamiento en uno de los edificios más emblemáticos de Conil de la Frontera, levantado a lo largo de varios siglos y que albergó el Convento Nuestra Señora de las Virtudes o Convento de la Victoria. La iglesia del antiguo convento es hoy la Parroquia de Santa Catalina.
Muy cerca de la Puerta de la Villa se encuentra a Iglesia y el Hospicio de la Misericordia que acogía a las familias más necesitadas. Como la mayor parte de las Iglesias, la mayor parte del tiempo el templo está cerrado por lo que no pudimos visitar su interior.
Parroquia de Sannta Catalina; Iglesia y Hospicio de la Misericordia
Mientras se pasea por las estrechas callejas de Conil se van descubriendo rincones como estos patios llenos de flores en macetas.
Patios en Conil
Al principio ya comentaba que la mayor atracción turística del Municipio de Conil de la Frontera son sus 14 kilómetros de preciosas playas de arena fina y blanca y aguas transparentes.
Para todos los gustos: a mar abierto y pequeñas calas entre acantilados.
Frente al caso urbano está la Playa de los Bateles (con Bandera Azul) y desplazándose hacia el oeste la Playa de la Fontanilla como continuación de la primera y posteriormente la Playa de Fuente del Gallo a los pies de un acantilado y que tiene algunas zonas donde desaparece durante la marea alta.
Playa de los Bateles
Playa de la Fontanilla
Playa de Fuente del Gallo
Hacia el este, la Playa de Castilnovo es una infinita playa virgen, nudista y prácticamente salvaje en la que se encuentra la Torre de Castilnovo, una de las más importantes de la población que formó parte de una fortaleza destruida por el mar durante el Terremoto de Lisboa de 1.755.
Playa de Castilnovo
Atalaya de Castilnovo
Y así, después de casi una semana de relajo y con la alegría de saber que todavía quedan otros siete días de vacaciones, vamos recogiendo los bártulos para volver a casa.Eso sí: con los primeros síntomas de despellejado consecuencia del sol y la brisa marina

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