jueves, 30 de octubre de 2008

Praga, República Checa

Fecha: septiembre de 2.008
Estancia: 4 noches
Desplazamiento: avión http://www.iberia.com/
Organización: agencia http://www.ccctravel.com/
Hotel: IBIS Karlin http://karlin.hotelibis.cz/
Viajeros: Nini, Inge y yo

Nuestro viaje comienza en la T-4 de Madrid donde subimos al A320 de Iberia que en 2:45 horas nos llevó hasta el Aeropuerto de Ruzynë en Praga. La primera impresión resulta agradable: todo aparentemente nuevo, bastante limpio y como Chequia es Miembro de la U.E. y participa del Acuerdo Shengen, los trámites de entrada son como si estuviésemos en casa.Como sólo llevamos equipaje de mano, enseguida estamos saliendo al hall de llegadas donde nos espera un señor que no habla ni una palabra de español pero tiene el cartelito habitual con nuestro nombre y que se usa para estos casos y que amablemente nos indica que nos lleva al Hotel. Obvio decir que estaba contratado y es la primera prueba del buen hacer de la Agencia CCC Travel.
Praga es la ciudad centroeuropea que espera encontrarse un "mediterráneo" como yo. Monumental, recuerda un poco a Viena pero algo triste y tiene un aire oscuro, como de estar detenida en tiempos recientemente pasados. La importancia histórica de su centro da un toque especial que ha sido reconocido por la UNESCO con su inclusión como Patrimonio Mundial en 1992.
Cualquier guía contará que Praga está dividida en cuatro zonas turísticas: el Castillo y la Ciudad Pequeña quedan separadas de la Ciudad Vieja y la Ciudad Nueva por el río Moldava. Y claro está: supongo que esta es una de las razones de que aquí esté el Puente de Carlos.
El hotel de la Cadena IBIS (grupo Accor) es tal como esperábamos: sencillo, turístico, cómodo y bien comunicado por las líneas 8 y 24 de tranvía y una cercana estación de Metro (Krizikova). En recepción, muy amables hacen todo lo posible por entender mi inglés, nos dan las llaves electrónicas y un sobre del receptivo de la Agencia (otra vez, perfecto): a la mañana siguiente nos recogen para una visita guiada a la ciudad y ya avisan que el día de regreso nos recoge el microbús a la 11:40 AM.
Aunque cansados como estamos, nos queda cenar y lo hacemos en el restaurante del hotel. La comida bien de calidad y cantidad. De precio, es lo mas caro que hemos pagado por comer los tres en los cuatro días aunque no es una exageración comparando con los precios en España. Son 1.400 Cz, unos 58 € incluida abundante cerveza y postre.
Un descanso reparador, un desayuno buffet (normalito) y ya está el microbús esperándonos con la guía que en perfecto español nos adelanta el programa: recorrido por toda la parte correspondiente a las Ciudades Vieja y Nueva y posterior subida al Castillo.
Este sistema de empezar las visitas sentado y con explicaciones sobre lo que vas viendo te facilita la ubicación de todo lo que posteriormente puedes ver a tu aire: la Plaza Wenceslao con el Museo Nacional, la plaza de la Ciudad Vieja con su Ayuntamiento, el Teatro Nacional, el Barrio Judío con sus Sinagogas, el Ayuntamiento Nuevo, la Torre de la Pólvora,... En fin, una gran Ciudad Monumental. Tras la subida (menos mal que motorizados) hasta la zona del Castillo, visitamos el Monasterio Strahov que tiene un museo de objetos, animales y plantas curiosas pero en el que destaca su impresionante Biblioteca con miles de libros, manuscritos, incunables,...

Monasterio de Strahov
A la salida y yendo en dirección al Castillo llegamos al Santuario de Loreto. Lo vemos por fuera y queda pendiente de visita posterior al interior.
Llegamos al Castillo por la entrada del Primer Patio, guardada por una impresionante reja del S.XVIII. El conjunto surge de la ampliación de la primitiva construcción medieval (S.IX) de un fortín y una iglesia. Casas palaciegas o sencillas, palacios y patios o más edificios religiosos fueron añadiéndose con el tiempo
Dentro del recinto defensivo pueden contemplarse la Catedral de San Vito, el Palacio Real, la Basílica de San Jorge o el Callejón de Oro con sus pequeñas casas artesanales.
La construcción del Palacio Real se inicia en el S.XI, en estilo románico pero con tantas incorporaciones posteriores que lo hace irreconocible. En este edificio, durante las revueltas protestantes se produjo la “defenestración” de los gobernantes católicos dando comienzo con esta acción la llamada Guerra de los Treinta Años que asoló Europa Central en el S.XVII. En el interior, básicamente gótico, destacan el Salón de Vladislav, la Dieta y la Capilla de Todos los Santos.
Volvemos al primer patio, donde tiene lugar justamente al mediodía una parada militar con el cambio de la Guardia Presidencial. Después, pasamos bajo la Puerta Matías (barroca) y entramos en el segundo patio, de aspecto castrense y con una monumental fuente gótica en el centro.
El Convento de San Jorge, primer Convento fundado en Bohemia (S.X), hoy alberga una importante pinacoteca.
Castillo de Praga: Palacio Real
La gótica Catedral de San Vito, iniciada en el S.XIV pasó por innumerables vicisitudes a lo largo de los tiempos. Tantas como que fue terminada entre los S.XIX y XX. Además de sus estilizadas columnas son destacables las Torres y las vidrieras. La capilla de San Wenceslao se erige en el sitio donde fue asesinado el Santo.
Castillo de Praga: Catedral de San Vito
Finalmente, en el recinto del castillo no puede dejar de visitarse el Callejón de Oro, conjunto de pequeñas casa artesanales del S.XVI que en tiempos modernos albergaron a conocidos literatos (F. Kafka entre ellos).

Castillo de Praga: Callejon de Oro
Se puede bajar a la zona de la Ciudad Pequeña (Malá) por la calle Nerudvna (dedicada a Jan Neruda, poeta checo que prestó su apellido como seudónimo al mundialmente conocido chileno Pablo Neruda). Llena de tiendas de recuerdos y restaurantes, es un buen lugar para el alto gastronómico del mediodía.Por ella se llega a la Iglesia de San Nicolás (una de las que en Praga tiene la advocación de ese Santo). El Templo Barroco muestra uno de los más altos niveles del Barroco en Praga, destacando en su interior el Órgano (utilizado por Mozart) e interesantes frescos en sus techos y muros.

Iglesia de San Nicolás (Málá Strasna)
De la Plaza de Malá Strasna pasamos al Puente de Carlos, uno de los iconos de la ciudad. Protegido por Torres defensivas en ambos lados, las dos primeras que cruzamos son de estilo románico mientras que al otro lado del río, ya en la Ciudad Vieja, la Torre es gótica.
El Puente, con mas de 500 metros de longitud tiene 16 arcos y está decorado con 30 estatuas barrocas a ambos lados del mismo destacando un Calvario y la de San Juan Nepomuceno. Sirve de escenario al aire libre para músico y artistas, vendedores de cuadros y es uno de los lugares de Praga mas visitados por los turistas.
El Puente de Carlos
Entramos en la Ciudad Vieja por la plaza que preside una imponente estatua ecuestre de Carlos IV y pensamos volver al hotel estrenando el transporte público. Según los mapas disponibles tenemos que ir a la Estación de Metro de Nám. Republiky donde compraremos un billete sencillo (17 Cz) para utilizarlo hoy y un abono para todo el día de mañana (100 Cz).
Pero aun nos queda un par de horas de luz y en el camino iremos descubriendo nuevos lugares.
Después del Puente de Carlos: pues la calle Karlova, estrecha y con muchas tiendas de recuerdos, cristalerías y teatros (entre ellos, el Nacional de Marionetas) y al final de ella, la Plaza de la Ciudad Vieja a la que damos un rápido vistazo puesto que empezamos a estar cansados después de tanta caminata y además la Iglesia de Týn está cerrada. De camino, una mirada al viejo Ayuntamiento con su Reloj Astronómico. Tendremos que volver.

Estatua de Carlos IV; Calle Karlova; Reloj Astronómico del Ayuntamiento Viejo
En el tranvía de la línea 8 llegamos al hotel y salimos a cenar. Justo frente hay una pizzería, con buena relación calidad-precio e…. Internet Wifi gratis!!!
A la mañana siguiente repetimos el desayuno del día anterior, subimos al tranvía y nos marchamos a visitar el Barrio Judío. ¡Mala suerte! Es fiesta religiosa judía y no es visitable ninguna de las sinagogas y monumento. Nos tenemos que conformar con recorrer sus calles y ver edificios y comercios que muestran el poderío económico (pasado y presente) de sus propietarios.
Con este obligado cambio de planes, otra vez al tranvía y nos dirigimos a la Plaza Wenceslao. Pero vamos haciendo paradas (la ventaja del bono diario)
La primera en la plaza dedicada a Jan Palach donde está el Rudolfinum que es Sala de Conciertos y desde hay una vista espectacular del Castillo.
Barrio Judío y Sinagoga Española; Rodolfinum; Vista general del Castillo de Praga
La segunda, en el Teatro Nacional, neorrenacentista y símbolo del nacionalismo checo del S.XIX que fue reconstruido después de un incendio producido antes de inaugurarse.
Y llegamos a la Plaza Wenceslao, mercado de ganado medieval y hoy centro comercial y hotelero. Tras la estatua a caballo del Santo, el Museo Nacional.

Teatro Nacional; Estatua de San Wenceslao; Museo Nacional
Antes de la parada para la comer nos queda tiempo para ir al Santuario de Loreto, pendiente del primer día y que incluye la Santa Casa inspirada en la ciudad italiana de igual nombre y simboliza una vivienda pobre de Nazaret en la que el Arcángel Gabriel anunció a la Virgen María que sería la madre del Señor. Todavía conserva fragmentos de los frescos es sus paredes.
Interesante oír el carillón barroco de 30 campanas que marca las horas en la linterna de la torre octogonal y sorprenderse con el tesoro de Loreto, una custodia de 6.222 diamantes, llamada el Sol de Praga.

Santuario de Loreto
Recorremos otra vez la calle Nerudovna nos lleva al Puente Carlos y después de cruzar el río, tomamos el Metro para descansar un rato en el Hotel porque esta noche iremos al Teatro Nacional de Marionetas y veremos una representación de la ópera “Don Giovanni” de Mozart.
Cena y descanso.

Teatro Nacional de Marionetas
La siguiente jornada empieza repitiendo otra vez el desayuno del primer día y marchando al tranvía para acercarnos a la Casa Municipal. Es un importante centro cultural de la Capital Checa, con salas de conciertos y exposiciones. En el edificio estilo “Art Nouveau” destaca la fachada y el frontispicio con el mosaico “Homenaje a Praga” así como restaurantes bellamente decorados.
Cerca está la Torre de la Pólvora. Es la única de las 13 torres defensivas de la muralla de la Ciudad Vieja que ha llegado a nuestros días.

Torre de la Pólvora y Casa Municipal
Mas adelante, ya en la calle Celetná encontramos mas comercios, edificaciones barrocas y una curiosa edificación cubista conocida como la “Casa de la Virgen Negra” y nuevamente desembocamos en la Plaza de la Ciudad Vieja con la intención de visitarla Iglesia de Týn pero hoy, que no está cerrada, hay un oficio religioso. Por respeto esperamos que finalice y mientras tanto visitamos la Iglesia de St. Niklasring (San Nicolás) de ampulosa portada barroca y una espectacular lámpara de cristal (se supone que de Bohemia) colgando del techo.
Casa de la Virgen Negra; Iglesia de St. Niklasring (Plaza de la Ciudad Vieja)
Un Monumento que recuerda a Jan Hus, reformista ajusticiado en la hoguera y la placa de latón del suelo, que corresponde al llamado Meridiano de Praga complementan la decoración de la Plaza.

Monumento a Jan Hus; Meridiano de Praga
La Iglesia de Nuestra Señora de Týn se levanta entre edificios civiles que impiden la visión directa de su entrada principal. A ella se entra por un pequeño pasadizo a un también pequeño patio y ahí está la puerta principal. La basílica original data del S.X y a lo largo de los siglos fue reformada en estilo gótico, barroco e incluso renacentista. Fue centro de gran importancia política y también sufrió los avatares de las lucha de reforma y contra-reforma. En resumen, una iglesia muy vinculada a la historia de la capital del antiguo Reino de Bohemia y ahora de la República Checa.
Iglesia de Ntra. Sra. de Týn
Encontramos un mercadillo de artesanía en el que no pueden faltar las inevitables marionetas mientras caminamos por las calles de la Ciudad Vieja en busca del tranvía que nos acercará a la Ciudad Pequeña (Malá Strasna) y donde subiremos en funicular a la Colina de Petrín.
Ya en la parada intermedia el panorama de Praga es espectacular. Cuando se alcanza el final del trayecto nos encontramos en un bosque donde la gente hace ejercicio o simplemente se relaja. Hay una imitación de la Torre Eiffel y una reconstrucción de un monasterio ortodoxo. Pero lo mas atractivo es el parque en sí mismo. Comenzamos a descender tranquilamente, pasando por la parte baja del Monasterio Strahov y siempre bajo la vigilancia de las torres de la Catedral de San Vito.

Colina de Petrín
Después de la comida del mediodía, en tranvía nos desplazamos hasta Vysehrad que es un Castillo y Parque aguas arriba del río Moldava con una bonita Catedral (que no pudimos visitar porque acababan de cerrar) y un curioso cementerio en el que están enterrados muchos famosos artistas, escritos y músicos checos.
Ya se está acabando el día y regresamos al centro para las últimas compras de regalos y recuerdos.
Cena y descanso.

Catedral de Vysehrad y el río Moldova
Al día siguiente, después del desayuno ya sólo nos queda recoger el equipaje y esperar que el microbús nos recoja para llegar al Aeropuerto al tiempo de facturar y regresar a casa.
Un viaje muy bien organizado por CCCTravel y que es muy recomendable.
Mas fotografías en Las Fotos de Diegolev

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