
Fecha: agosto de 1.998
Estancia: tres días
Desplazamiento: ferrocarril
Organización: directa
Hotel: Pribaltiskaya
Viajeros: Nini, Aero, Inge, Doctor, Cuchi, Mar y yo
Desde abril de 1.998 y durante varios meses estuve residiendo en Rusia por motivos laborales. Así es que aprovechando que estaba relativamente cerca aunque a 670 km, no se podía dejar pasar la ocasión de visitar la segunda ciudad de Rusia: San Petersburgo (Санкт-Петербург en ruso).
En agosto toda la familia estaba reunida en Moscú pasando unos días de vacaciones y organizamos una visita de unos días. Un conocido me puso en contacto con una guía en destino y reservamos habitaciones en el Hotel Pribaltiyskaya. Para el desplazamiento descartamos el viaje en avión después de observar en Sheremetyevo (el aeropuerto de Moscú) los humos que iban dejando atrás los TU-134 de Aeroflot y Pulkovo.
En la Estación de Leningrado (Leningradsky Vokzal) compramos los billetes (gracias a la ayuda de un empleado ruso de la Empresa) después de ir a nueva ventanilla (sólo para extranjeros), de ir a casa a recoger los pasaportes de todos los viajeros, después de ... Así eran Rusia y los rusos en aquella época (y creo que no ha debido cambiar demasiado).
Cerca de la medianoche nos fuimos hacia la estación del tren. Como habíamos escuchado de todo en lo referente a la inseguridad en los trenes nocturnos y cosas aun peores, reservamos dos compartimentos completos (de cuatro plazas) aunque sólo eramos siete los pasajeros y subimos al Flecha Roja (Krásnaya Strelá) nombre mas que apropiado para un tren que nos llevaba a la cuna de la Revolución Bolchevique.
Cerca de la medianoche nos fuimos hacia la estación del tren. Como habíamos escuchado de todo en lo referente a la inseguridad en los trenes nocturnos y cosas aun peores, reservamos dos compartimentos completos (de cuatro plazas) aunque sólo eramos siete los pasajeros y subimos al Flecha Roja (Krásnaya Strelá) nombre mas que apropiado para un tren que nos llevaba a la cuna de la Revolución Bolchevique.
Puntualmente salimos de Moscú y al cabo de un rato ya estábamos tumbados en las literas y tratando de dormir un poco. El viaje duró unas ocho horas, con una sola parada intermedia en el medio de la nada y sin ningún problema. En el vagón, donde casi todos los viajeros eramos extranjeros, continuamente patrullaban agentes del OMON (Отряд милиции особого назначения) que es un grupo de la Policía para "propósitos especiales" y que en principio nos daban cierta seguridad.
A los ocho de la mañana y después de tomar una taza de un té que preparaba la revisora y así sacarse unos rublos, llegamos a San Petersburgo. Mas cansados que cuando subimos al tren pero contentos.
Camino del Hotel; Hotel Pribaltiyskaya; El Báltico
A la llegada nos estaba esperando Arina, la guía rusa que se presentó hablando un español perfecto. Nos ayudó mucho durante nuestra visita y además estaba perfectamente preparada para desempeñar su trabajo. Junto a ella estaba el conductor de la furgoneta que utilizaríamos durante la estancia para desplazarnos a los lugares de los alrededores de la ciudad.
Directamente nos fuimos al Hotel Pribaltiyskaya. Una mole de tipo "soviético" pero con todos los servicios necesarios y aunque situado algo retirado del centro (sin problemas por disponer de transporte privado) se compensaba con la impresionante vista sobre el Golfo de Finlandia en el mar Báltico.
Deshechas las maletas y tomada una ducha reparadora (y despertadora) ya nos encontramos preparados para iniciar la visita programada.
En primer lugar nos dirigimos (mejor nos llevaron) hacia la zona donde Pedro El Grande inició la construcción de la ciudad.
Allí está la Fortaleza de Pedro y Pablo. Constituye el núcleo mas antiguo y dentro, junto a varios baluartes defensivos y museos se encuentra la Catedral de San Pedro y San Pablo en cuyo interior se conservan las tumbas de Zares y Zarinas, entre ellas la de Pedro El Grande.
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La Fortaleza de Pedro y Pablo; La Tumbas de los Zares
A continuación nos fuimos al Crucero "Aurora" cuyos cañones bombardearon el Palacio de Invierno iniciándose el movimiento revolucionario en febrero de 1917.
Catedrales de Ntra. Sra. de Kazán y de San Isaac
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Monasterio Palacio de Smolni (Instituto Smolni)
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El río Neva
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Los canales
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Monasterio Palacio de Smolni (Instituto Smolni)
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El río Neva
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Los canales
San Petersburgo es una de las ciudades que alguien llama la "Venecia del Norte". Pero Venecia es única.
Lo destacable y que posiblemente identifica a ésta ciudad rusa es el agua. No sólo los canales sino el amplio Neva y las extensiones de agua que separan Rusia de Finlandia dan sensación que sin el líquido elemento San Petersburgo sería menos de lo que hoy en día es.
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Tsarskoe Selo (Pushkin)
Al día siguiente iniciamos las excursiones por los alrededores de San Petersburgo.
El Palacio de Catalina es de estilo barroco y tiene un kilómetro de largo, alternando los colores azul y blanco.
Alrededor del Palacio principal hay un gran parque de mas de 500 Ha. que se completa con jardines y pequeñas edificaciones.
Jardines
En un clima tan frío como el de Rusia con inviernos nevados tan prolongados resulta muy agradable el pasear por los inmumerables jardines que aparecen por doquier. No iba a ser menos en los parques de los Palacios de los alrededores de San Petersburgo.
En un clima tan frío como el de Rusia con inviernos nevados tan prolongados resulta muy agradable el pasear por los inmumerables jardines que aparecen por doquier. No iba a ser menos en los parques de los Palacios de los alrededores de San Petersburgo.
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El Salvador sobre la Sangre Derramada
Levantada a finales del S.XIX sobre el lugar donde cayó mortalmente herido el Zar Alejandro II, se asemeja en su estilo a la Iglesia de San Basilio de Moscú.
Personajes de época en los Jardines de Peterhof
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Las Fuentes de Peterhof
Es el palacio mas espectacular de los que visitamos y muestra del lujo con el que vivían los zares.
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Las Fuentes de Peterhof
Es el palacio mas espectacular de los que visitamos y muestra del lujo con el que vivían los zares.
Lo que fue una pequeña casa construida por Pedro el Grande para alojarse mientras controlaba la construcción de fortificaciones, fué añadiendo diversos palacetes hasta llegar durante el S.XVIII al conjunto actualmente visitable.
Principalmente destacable es la Gran Cascada. Un espectacular conjunto de fuentes y cascadas a través de diversas terrazas vierten el agua al mar.
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Plaza del Palacio; Palacio de Invierno; Los Viajeros
El último día lo aprovechamos para visitar el Museo del Hermitage. Seleccionamos las Salas de Pintura Española de los S.XVI al XVIII y de Pintores franceses de los S.XIX y XX.
La colección es impresionante y los fondos no expuestos superaban a los que llenan las diversas salas.
Como curiosidad, había una sala con obras de arte requisadas en las fronteras al intentar sacarlas despues de expoliarlas. Principalmente, iconos.
El regreso lo hicimos a media tarde en el tren denominado Aurora. El tiempo de viaje, por ser un tren rápido sólo fueron cinco horas y media. Nos dió tiempo a picar algo en el vagon restaurante que nos hizo pensar en que estabamos viajando en otra época.
Algo cansados pero muy contentos de las cosas que habíamos visto, llegamos a Moscú a esperar la próxima ocasión de conocer algo mas de Rusia.
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