Algarve, Portugal

Fecha: julio de 2.008
Estancia: ocho días
Desplazamiento: coche
Organización: Internet ( http://www.booking.com/)
Hotel: Dom José (Quarteira)
Viajeros: Nini y yo

La primera vez que fui al Sur de Portugal fue días después de la Revolución de los Claveles. Debía ser por mayo de 1.974 y allí nos fuimos tres amigos a ver que era eso de la democracia. Resultó ser que los portugueses, recientes demócratas con dos meses de experiencia nos gritaban cuando pasábamos por los pueblos a bordo del Seiscientos: “Fascista”. ¡Vivir para ver!
Al cabo de tantos años pensamos en el Algarve como un buen sitio para disfrutar de las vacaciones estivales y bien es cierto que no equivocamos el destino elegido.
Hicimos una escala en Sevilla y un día de mediados de julio después de un cómodo viaje por la Autovía del Quinto Centenario nos presentamos en la frontera con Portugal.

Que por cierto, ya no es frontera en ningún sentido. Entonces, en 1.974 para llegar a Portugal había que subir a un transbordador en Ayamonte para cruzar el Guadiana. Y antes pedir un permiso especial en el Gobierno Civil de Huelva para que nos dejaran salir tres días. Ahora sólo con el D.N.I. y pasando por encima de un impresionante puente ni nos enteramos que hemos cambiado de país.
Aunque el paisaje a ambos lados del río sigue siendo muy parecido y prácticamente no sabes si estás en Portugal o en España.
La Autopista A-22 nos adentra transitando por paisajes rurales que recuerdan al Sur de España de los años 70 y 80. Con algún que otro despiste gracias al maravilloso GPS, llegamos a nuestro destino: la playa de Quarteira.

Ya puede ir el lector imaginándose que tipo de vacaciones estamos buscando: sol y playa y el máximo posible de tranquilidad.

Desde el Hotel Dom José
Llegamos al Hotel Dom José y tal como se anunciaba en Internet, está situado en primera línea de playa. De hecho la calle que separa el edificio de la arena la han convertido en paseo marítimo. ¡Buen comienzo! Esperamos un poco (casi una hora) hasta que la habitación esté preparada y aprovechamos el tiempo para buscar un sitio para comer. Encontramos un chiringuito al lado de la playa donde tomamos pescado y pollo a la brasa. Muy bueno de calidad y de precio.
Volvemos al Hotel. La habitación es “justita” pero con todo lo necesario. Lo mejor: una pequeña terraza y una maravillosa vista del océano Atlántico que compensa algún posible inconveniente. Además ya nos estamos imaginando las frugales comidas que vamos a devorar con el rumor de las olas de fondo.

El Hotel desde la playa y la playa desde el Hotel

Quarteira es un antiguo pueblo de pescadores, pequeño y dedicado en exclusiva al turismo. Por lo que detectamos en nuestra estancia, muchos españoles de Andalucía y sobre todo, portugueses.
La playa frente a la zona habitada es amplia y muy familiar. Las que recorreremos en los paseos matinales son espectaculares: kilómetros y kilómetros de arena blanca y escasos bañistas permiten una relajación sólo interrumpida por el romper de las olas.
Ambas zonas están perfectamente equipadas con puestos de Socorristas. En alguno de ellos tienen hasta motos de agua para ir al rescate de los necesitados.
El resumen de nuestros días en Quarteira: sol, playa, arroz con marisco, pollo a la brasa, paseos,… Casi todo menos baño porque en mi vida he comprobado un agua de mar mas fría que la de estas playas. Fría no: helada que sólo le faltaba un oso polar o un pingüino.

Playas de Quarteira

Hemos aprovechado estas vacaciones para visitar algunos lugares interesantes de la zona. En la Oficina de Turismo de Quarteira no sólo te proporcionan información sobre el lugar sino de todos los puntos interesantes del Algarbe. De esta manera, cuando se llega a otras poblaciones ya estas preparado para visitar directamente las cosas sin perder tiempo en la búsqueda de folletos.
Ya organizados, uno de los días salimos después del desayuno rumbo al oeste con la intención de llegar hasta el cabo de San Vicente.
En el intermedio hicimos un alto en Silves informa, población encaramada sobre el río Arade que ha visto pasar mil pueblos desde romanos a suevos, desde árabes a vikingos. Llegó a ser capital de la Sura de Al-Garb, provincia dependiente del Califato de Córdoba y tras la desintegración del Califato (siglo XI) fue Taifa independiente y, posteriormente, parte de la taifa de Sevilla
Estuvo protegida por una triple muralla defensiva que se ganó la reputación de inexpugnable y hoy día, el casco histórico en torno al Castelo, es un reflejo del urbanismo islámico y de la arquitectura popular portuguesa.
El Castelo de Silves (Castillo), la antigua alcazaba es junto a algunos lienzos que permanecen del triple sistema de murallas, el principal testigo de la antigua fortaleza militar de Silves.
Con forma de polígono irregular construido con la característica piedra roja de la zona, tiene once torres (dos de ellas albarranas), una doble puerta de entrada protegida por dos torres y en la parte norte se encuentra el postigo de la Puerta de la traición. Un par de cisternas, un silo y diversas excavaciones arqueológicas componen el conjunto y las murallas circundantes sirven de magnífico mirador.

Castillo de Silves

Después visitamos la Catedral Vieja (Sé Velha), edificada con el bello color rojizo de las canteras de la región a partir de la segunda mitad del S.XIII sobre el solar de la antigua mezquita de la ciudad musulmana. El portal de la fachada principal es gótico mientras que el resto de la fachada y la torre son barrocos.
El edificio tiene planta de cruz latina y tres naves con arcadas góticas y espectaculares bóvedas ojivales. En el interior, el altar mayor tiene una imagen en jaspe de Ntra. Señora con el Niño y el ábside con tres capillas construido con preciosa cantería roja.

Silves: Catedral

En la proximidad de la Catedral está la Iglesia de la Misericordia, de origen manuelino y una sola nave. Destaca un pórtico muy labrado en su lateral. Posiblemente era la primitiva entrada.

Silves: Iglesia de la Misericordia; Pórtico manuelino; Vista general

Siguiendo con la excursión marchamos camino de Lagos donde haremos un alto para la comida.
Posiblemente de orígenes celtas, fue puerto frecuentado por todos los pueblos que pasaron por la Península Ibérica (fenicios, griegos, cartagineses, romanos y árabes) hasta que llegó a ser un importante centro naval durante la época de los Descubrimientos a partir del S.XV. Todo el Centro Histórico se encuentra dentro de un recinto limitado por las murallas y en su interior las casas muestran su carácter mediante las canterías de ventanas y puertas con herrerías trabajadas. Y el color azul y amarillo.

Faro: Iglesia de San Antonio; Plaza Gil de Eanes; Iglesia de Ntra. Sra del Carmen

Haciendo tiempo para la hora de la comida visitamos la Iglesia de San Antonio que tiene dos torres campanario de diferentes proporciones en una fachada barroca. En su interior está instalado el Museo Municipal y lo más destacable es el Altar Mayor y paredes laterales que es uno de los principales exponentes del barroco portugués.Tomamos un refresco en la Plaza Gil Eanes donde vemos un edificio cubierto de los típicos azulejos aunque estos de color verde y en nuestro callejeo encontramos la Iglesia de Ntra. Sra. del Carmen en proceso de restauración y donde nos invitaron a visitar las excavaciones en la nave central. Perteneciente a un Convento de Carmelitas fundado en el S.XVI, hoy no queda otro rastro que la citada Iglesia.

Murallas de Lagos

Continuamos la marcha hasta llegar al pie de la Murallas en la Puerta da Piedade e iniciamos la bajada en busca del Restaurante JOTTA 13 (en la Rua 25 de Abril) que ya teníamos controlado desde que salimos del Museo Municipal. Comida marinera típica portuguesa y precio más que asequible.

Lagos: Mercado de Esclavos; Enrique El Navegante; Fortificación Ponta da Bandeira

Después de llenar las tripitas y mientras vamos en busca del coche aprovechamos para ir reposando la comida y pasando frente al edificio que se utilizaba como Mercado de Esclavos, la Iglesia de Santa María y en su proximidad, el Monumento al Infante Dom Enrique “El Navegante” que tanto hizo por el progreso de Lagos en el S.XV.
Para finalizar, la Fortificación de la Ponta da Bandeira que aseguraba la defensa del antiguo puerto. Hoy es utilizado como Sala de Exposiciones.

Lagos: Murallas del Castillo de los Gobernadores y Almacén del Regimiento
Por último, pasamos junto a las Murallas que formaban parte del Castillo de los Gobernadores y el Almacén del Regimiento de Infantería de Lagos y continuamos el camino en busca de la Fortaleza de Sagres.

Fortaleza de Sagres

El acceso se efectúa a través de una muralla de trazado poligonal con baluartes y foso que cierra el lado de tierra. Después se accede a una amplia explanada donde podemos contemplar una curiosa Rosa de los Vientos. El resto de la superficie es un agreste escenario natural que era conocido desde la antigüedad como el Promontorium Sacrum, lugar con fuertes connotaciones religiosas por ser el punto mas alejado del mundo conocido. Algunos baluartes e instalaciones militares como polvorines y baterías de artillería, conviven con cuevas que traspasan el promontorio y permiten ver el agua bajo él.

Fortaleza de Sagres: Cueva; Rosa de los Vientos; Iglesia de Ntra. Sra. de Gracia

Camino hacia la entrada, pasamos por Iglesia de Nuestra Señora de la Gracia (que estaba cerrada y por lo tanto, no visitable). Desde el exterior se percibe una planta simple cuadrangular y aparentemente de nave única, con pequeñas ventanas aisladas en las paredes. La fachada principal tiene la puerta de entrada con arquitrabe y el campanario está en el exterior y al que se accede a través de una escalera desde el lado este.

Océano Atlantico desde la Fortaleza de Sagres

Situada en el extremo suroeste del Algarve coronando el Cabo de Sagres sobre escarpados acantilados permanentemente batidos por el viento, se disfruta de una deslumbrante panorámica de la costa y de la inmensidad del Océano Atlántico.

Cabo de San Vicente

Terminamos el día de excursión con una rápida visita al Cabo de San Vicente cuyo faro continúa despidiendo los buques que continúan partiendo en busca de lo desconocido.
Y vuelta al Hotel en Quarteira.

Los días siguen transcurriendo tal como estaba previsto: paseo matinal, lectura bajo la sombrilla en la playa, comida ligera en la terraza de la habitación, siesta y paseo hasta la cena.
Como se puede comprobar, totalmente estresante.
Para las cenas hay un gran número de restaurantes casi al borde del mar. El pescado es muy fresco, de captura diaria. Los arroces acompañados de almejas, mariscos y cosas así, están para chuparse los dedos. Y con precios más que asequibles.

Después de una semana de “agobio y alta tensión” nos volvemos para nuestra base en Sevilla. Ahora lo hacemos circulando fuera de la autopista y utilizamos la carretera N125. De esta manera el primer lugar que encontramos es Faro donde en unas dos horas visitamos los sitios mas destacados de esta importante ciudad, Capital del Algarve portugués.

Faro: Largo de la Sé y Catedral Vieja; Arco de la Vila
Dejamos el coche en un amplio aparcamiento público (y gratis) y entramos en la Ciudad Vieja (Cidade Velha) que está amurallada. El casco histórico no es muy amplio ni antiguo: las correrías de los piratas y el Terremoto de Lisboa de 1755 tienen la culpa de ello.
Aun así, zona con calles prácticamente peatonales es muy agradable de recorrer.

El Arco de la Villa es una de las entradas del recinto amurallado medieval de la ciudad. Destaca porsu lado exterior de estilo neoclasico, con un nicho con la imagen en marmol de Santo Tomas de Aquino, mientras que en su interior todavía conserva una puerta en buen estado árabe que representa un claro ejemplo de arquitectura morisca en Portugal. Ya fuera de la Ciudad Vieja, paseando por calles peatonales pasamos por la Iglesia de San Pedro, dedicada al Santo de los Pescadores que tiene un magnifico altar barroco y desde allí, en el Largo do Carmo está el imponente templo barroco del Carmo en el que destaca la sacristía, los retablos y una curiosa Capilla de los Huesos, hecha con calaveras y huesos humanos.

Faro: Iglesias de San Pedro y del Carmen; Capilla de los Huesos

Faro: Catedral (La Sé)
Dentro de la Ciudad Vieja y situada en la zona conocida como Largo da Sé está la Catedral construida en el siglo XIV. Su interior tiene tres naves con columnas toscanas y decorado con dorados, mármoles, azulejos, esculturas y pinturas. De su origen como Iglesia de Santa María solo se conserva la torre -campanario. Las imágenes y tallas son una de las más valiosas colecciones de arte de los siglos XVII y XVIII en el Algarve. Excepcional es su interior destacando entre numerosas obras el altar de la capilla mayor, los azulejos del siglo XVII y varias capillas.

Faro: Arco del Reposo; Monumento a la Reconquista (1249); Ría Formosa; Murallas

Camino del aparcamiento donde dejamos el coche, paseamos por el exterior de la muralla. El Arco del Reposo nos anticipa la visión de la Ría Formosa y la despedida de Faro. Pasamos sin detenernos por Olaho y en una hora y poco mas llegamos a Tavira, donde pretendemos comer.

Tavira: subida al Castillo; Iglesia de la Misericordia
Antes hacemos una visita por las calles que llevan al Castillo y en el camino nos encontramos con la Iglesia de la Misericordia, renacentista del S.XVI y la Iglesia de Santa María del Castillo, del S.XIII construida sobre una antigua mezquita. En ninguna pudimos visitar el interior porque debido al horario (mediodía) se encontraban cerradas.

Tavira: Iglesia de Sta. María del Castillo; Entrada al Castillo
Llegamos al Castillo desde el que se contempla un vasto panorama de Tavira e iniciamos el descenso en busca de algún restaurante que elegimos cerca de la Praça de República. Comida portuguesa casera, muy buena y barata.

Tavira: Río Giläo; Cruzando el Puente sobre el Río Guadiana
Un rato después cruzamos el Río Guadiana y el cartel sobre la carretera nos recuerda que estamos en España.

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