
Fecha: enero 2.007
Estancia: tres días/dos noches
Desplazamiento: avión (http://www.ryanair.com/)
Hotel: Tryp Porto Centro
Viajeros: Nini y yo
El destino.- Aprovechando las ofertas de lanzamiento que presentaba para sus nuevas líneas desde Madrid la compañía irlandesa de Bajo Coste, a finales de enero sacamos los billetes, buscamos una buena oferta de alojamiento y nos fuimos tres días a Oporto.
La segunda Ciudad en importancia de Portugal es un destino que viene muy bien para una escapada de un par de días. En época baja se consiguen buenos precios y es una buena ocasión para visitar una ciudad que todavía mantiene el aire inglés que la hizo famosa desde los Siglos XVI y XVII con el desarrollo de la industria vinícola mediante el establecimiento de firmas británicas.
Poco a poco ha ido transformándose hasta ser el principal centro comercial del Norte de Portugal y sede de grandes Corporaciones de diversos sectores económicos.
La segunda Ciudad en importancia de Portugal es un destino que viene muy bien para una escapada de un par de días. En época baja se consiguen buenos precios y es una buena ocasión para visitar una ciudad que todavía mantiene el aire inglés que la hizo famosa desde los Siglos XVI y XVII con el desarrollo de la industria vinícola mediante el establecimiento de firmas británicas.
Poco a poco ha ido transformándose hasta ser el principal centro comercial del Norte de Portugal y sede de grandes Corporaciones de diversos sectores económicos.
El viaje y la llegada.- Así que en un moderno B-737 de Ryanair nos presentamos una mañana en el moderno Aeropuerto Francisco Sa Carneiro, recientemente ampliado para una capacidad de 16 millones de pasajeros/año.
Soy un enamorado del tranvía por lo que la primera alegría del viaje estaba en el traslado desde el Aeropuerto al Centro de la Ciudad. El tranvía (el primero en construirse en la Península Ibérica en 1895) hoy día es nuevo, cómodo y anima a su frecuente utilización. Al inicio del trayecto se desplaza en superficie pero al centro se llega en subterráneo. En la Línea E y en menos de treinta minutos estamos en la Estación Trindade.
Decidimos ir caminando hasta el Hotel en el que tenemos reserva porque en el mapa la distancia es asumible. En Oporto casi todo lo que es encuentra en el centro histórico se alcanza en pocos minutos. Pero en Oporto hay que tener en cuenta no sólo las distancias sino también las inclinaciones: todo está al final de una cuesta.
El hotel, de la Cadena Sol Meliá, está en la línea habitual de la marca Tryp: agradable, limpio y cumpliendo las expectativas. Un buen desayuno buffet le hace recomendable para nuestro objetivo.
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En vuelo a Oporto; Aeropuerto Sa Carneiro (OPO); Metro de Oporto
Soy un enamorado del tranvía por lo que la primera alegría del viaje estaba en el traslado desde el Aeropuerto al Centro de la Ciudad. El tranvía (el primero en construirse en la Península Ibérica en 1895) hoy día es nuevo, cómodo y anima a su frecuente utilización. Al inicio del trayecto se desplaza en superficie pero al centro se llega en subterráneo. En la Línea E y en menos de treinta minutos estamos en la Estación Trindade.
Decidimos ir caminando hasta el Hotel en el que tenemos reserva porque en el mapa la distancia es asumible. En Oporto casi todo lo que es encuentra en el centro histórico se alcanza en pocos minutos. Pero en Oporto hay que tener en cuenta no sólo las distancias sino también las inclinaciones: todo está al final de una cuesta.
El hotel, de la Cadena Sol Meliá, está en la línea habitual de la marca Tryp: agradable, limpio y cumpliendo las expectativas. Un buen desayuno buffet le hace recomendable para nuestro objetivo.
En vuelo a Oporto; Aeropuerto Sa Carneiro (OPO); Metro de Oporto
La Ribera.- Dejamos la bolsa de viaje en la habitación y empezamos la visita bajando por la comercial Rua de Santa Catalina y después de pasar por estrechas y antiguas calles llegamos al Cais da Ribeira donde ya podemos ver la primera vista-postal de la Ciudad de Oporto.
El Cais es uno de los antiguos muelles de la ribera del Duero y desde cualquiera de las múltiples terrazas de los restaurantes hay una bonita vista de la orilla izquierda del río, en la que se establecieron masivamente a finales del S.XVIII bodegas donde se produce el Vino de Oporto conocido desde entonces en todo el Mundo. Unas Tripas a moda de Porto con una cerveza fría nos ponen en contacto con la comida más popular (de pueblo) pero que se ha convertido en plato típico para turistas y visitantes.
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Callejuelas del Casco Histórico; Tripas a moda do Porto
Patrimonio de la Humanidad.- Desde 1.996 el centro histórico de la Capital del Bajo Duero está declarado Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El conjunto de casas que forman el laberinto de callejuelas medievales que trepan desde la orilla del río hasta la Catedral proporciona desde la distancia una bellísima imagen de Oporto. Comprende el recinto limitado por la muralla románica del S.XIV..JPG)
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Casco Histórico visto desde el Cais de Gaia
Vila Nova de Gaia.- El margen izquierdo del Duero es Vila Nova de Gaia, lugar privilegiado para contemplar Oporto en su conjunto. Allí se encuentran las mas importantes bodegas que cobijan entre sus paredes el vino que toma su denominación de la Ciudad.
No puede faltar la visita con degustación incluida en una de ellas y la consiguiente compra de unas botellas. ¡Cuidado!: no lo puedes llevar en el avión como equipaje de mano y hay que facturarlo..JPG)
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Ponte Dom Luiz
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Vista de los Pontes Sao Joao, María Pía e Infante (por orden); Ponte da Arrabida
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El Cais es uno de los antiguos muelles de la ribera del Duero y desde cualquiera de las múltiples terrazas de los restaurantes hay una bonita vista de la orilla izquierda del río, en la que se establecieron masivamente a finales del S.XVIII bodegas donde se produce el Vino de Oporto conocido desde entonces en todo el Mundo. Unas Tripas a moda de Porto con una cerveza fría nos ponen en contacto con la comida más popular (de pueblo) pero que se ha convertido en plato típico para turistas y visitantes.
Callejuelas del Casco Histórico; Tripas a moda do Porto
Patrimonio de la Humanidad.- Desde 1.996 el centro histórico de la Capital del Bajo Duero está declarado Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El conjunto de casas que forman el laberinto de callejuelas medievales que trepan desde la orilla del río hasta la Catedral proporciona desde la distancia una bellísima imagen de Oporto. Comprende el recinto limitado por la muralla románica del S.XIV.
Casco Histórico visto desde el Cais de Gaia
Vila Nova de Gaia.- El margen izquierdo del Duero es Vila Nova de Gaia, lugar privilegiado para contemplar Oporto en su conjunto. Allí se encuentran las mas importantes bodegas que cobijan entre sus paredes el vino que toma su denominación de la Ciudad.
No puede faltar la visita con degustación incluida en una de ellas y la consiguiente compra de unas botellas. ¡Cuidado!: no lo puedes llevar en el avión como equipaje de mano y hay que facturarlo.
Vila Nova de Gaia; Bodegas
Los Puentes.- La ciudad de Oporto también es conocida por la cantidad de imponentes y bellos puentes, de distintas épocas y estilos arquitectónicos.
Desde finales del S.XIX y hasta 1.991 se han construido puentes de los que quedan en la actualidad seis que son (en el sentido del río) los Puentes Freixo, Sao Joao, María Pía, Infante, Dom Luiz y de la Arrábida. Desaparecieron el Ponte das Barcas y el Ponte Pénsil, ambos de principios del S.XIX.
En desuso pero todavía en pié está el Ponte Maria Pía, construido por la empresa de Gustave Eiffel como puente ferroviario. El Ponte da Arrábida, para tráfico rodado está a corta distancia de la foz del Río Duero. El Ponte do Infante (en honor de Enrique el Navegante, nacido en Oporto) es la de más reciente construcción de los puentes entre Oporto y Vila Nova de Gaia y sustituye el tablero superior del Ponte Dom Luiz I que, a su vez sustituye el antiguo Ponte Pénsil. Su característica más destacable, es el hecho de tener dos tableros. Actualmente por el tablero superior cruza la línea amarilla del Metro de Oporto, y el inferior está abierto al tráfico rodado.
Desde finales del S.XIX y hasta 1.991 se han construido puentes de los que quedan en la actualidad seis que son (en el sentido del río) los Puentes Freixo, Sao Joao, María Pía, Infante, Dom Luiz y de la Arrábida. Desaparecieron el Ponte das Barcas y el Ponte Pénsil, ambos de principios del S.XIX.
En desuso pero todavía en pié está el Ponte Maria Pía, construido por la empresa de Gustave Eiffel como puente ferroviario. El Ponte da Arrábida, para tráfico rodado está a corta distancia de la foz del Río Duero. El Ponte do Infante (en honor de Enrique el Navegante, nacido en Oporto) es la de más reciente construcción de los puentes entre Oporto y Vila Nova de Gaia y sustituye el tablero superior del Ponte Dom Luiz I que, a su vez sustituye el antiguo Ponte Pénsil. Su característica más destacable, es el hecho de tener dos tableros. Actualmente por el tablero superior cruza la línea amarilla del Metro de Oporto, y el inferior está abierto al tráfico rodado.
Ponte Dom Luiz
Ponte Dom Luiz y pilares del desaparecido Ponte Pênsil; Ponte María Pía
Vista de los Pontes Sao Joao, María Pía e Infante (por orden); Ponte da Arrabida
La Ciudad.- Como importante centro económico, el desarrollo de Oporto obligó a salir del recinto histórico y en el S.XIX de construyeron grandes avenidas y edificios monumentales al estilo neoclásico imperante en el resto de Europa junto a edificio Modernistas.
La Avenida de los Aliados, con el Ayuntamiento al fondo acoge además edificaciones que muestran el nivel económico y social de sus promotores. Allí se encuentran las sedes de Empresas y Bancos, entre ellos la delegación del Banco de Portugal.
El Palacio da Bolsa muestra todo su esplendor con su iluminación nocturna. Y en la misma plaza, el Monumento al que posiblemente sea su Hijo más conocido: el Infante Enrique el Navegante.
Plazas, parques y edificios decorados de con los típicos azulejos portugueses hacen de Oporto un lugar muy agradable para pasear.
La Avenida de los Aliados, con el Ayuntamiento al fondo acoge además edificaciones que muestran el nivel económico y social de sus promotores. Allí se encuentran las sedes de Empresas y Bancos, entre ellos la delegación del Banco de Portugal.
El Palacio da Bolsa muestra todo su esplendor con su iluminación nocturna. Y en la misma plaza, el Monumento al que posiblemente sea su Hijo más conocido: el Infante Enrique el Navegante.
Plazas, parques y edificios decorados de con los típicos azulejos portugueses hacen de Oporto un lugar muy agradable para pasear.
Palacio de la Bolsa; Edificio Modernista; Banco de Portugal
Avda. dos Aliados y Ayuntamiento; Plaza da Liberdade
Monumento a Enrique el Navegante; Tomando el Sol; Edificio y Plaza desconocidos
Las Iglesias.- Oporto es la Ciudad de los Puentes ... y de la Iglesias. Principalmente barrocas y bellamente adornadas exteriormente con de cerámica azul y blanca (azulejos).
Las hay en cada esquina y su presencia concentrada en la zona del casco Histórico es una de las muchas razones por la que está declarado Patrimonio de la Humanidad.
Mayormente levantadas durante los S. XVII y XVIII, son muestra del poderío de Portugal durante la época de los Descubrimientos y el desarrollo del importante comercio a través de su Puerto (Porto).
Torre de la Iglesia dos Clérigo; De las Almas; San Ildefonso; Portada del Carmen
Iglesia del Carmen y Carmelitas (fachada y lateral); Iglesia de Massarelos
Iglesia dos Congregados; Iglesia de Santo Domingo (día y noche)
Y el Mar.- El abrigado puerto natural, protegido entre las orillas del Duero, sirvió a Oporto para fundamentar su desarrollo económico en la salida de sus bienes más conocidos: los vinos.
Hoy día su importancia no es tan notable. De hecho, la entrada a la ría está protegida por una barra arenosa que impide le paso de buques de mayor calado.
Sin embargo, es recomendable un paseo por la orilla del mar en la Foz do Douro, dejando atrás la nostalgia que se respira en la Ribeira.
Una carretera acompaña al río en su recorrido hacia el mar y se observa la transformación en una ciudad más moderna, mejor conservada y con otras comodidades heredadas de las casas burguesas símbolo del gran desarrollo económico que vivió Oporto en el siglo XVIII, gracias al comercio del vino.
Hoy día su importancia no es tan notable. De hecho, la entrada a la ría está protegida por una barra arenosa que impide le paso de buques de mayor calado.
Sin embargo, es recomendable un paseo por la orilla del mar en la Foz do Douro, dejando atrás la nostalgia que se respira en la Ribeira.
Una carretera acompaña al río en su recorrido hacia el mar y se observa la transformación en una ciudad más moderna, mejor conservada y con otras comodidades heredadas de las casas burguesas símbolo del gran desarrollo económico que vivió Oporto en el siglo XVIII, gracias al comercio del vino.
Nota final: No hay referencias a la Catedral (La Sé). Fuimos a visitarla y estaba cerrada. Siendo el mes de enero, la luz solar es escasa. Y el ambiente en las calles que están en sus proximidades (un barrio totalmente degradado) no hacían recomendable estar por allí mucho tiempo. Otra vez será.
Más fotografías en Las fotos de Diegolev
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